Esta historia trata de la vida de Torben Søndergaard, el fundador de La Última Reforma. Tiene 44 años, está casado con Lene desde hace 24 y tienen tres hijos y dos nietos.

Como todo creyente renacido, Torben tenía el deseo de hacer algo por Dios. ¿Pero cómo y dónde? La única manera que se le ocurrió fue convertirse en ujier de la iglesia, dando la bienvenida a la gente, recogiendo la ofrenda, etc. Era bueno, pero en muy poco tiempo se encontró con que formaba parte de un determinado sistema eclesiástico, en el que muchas cosas estaban mal. No experimentó ningún crecimiento, ni vio ningún fruto en su vida.

A medida que pasaban los años, se sentía cada vez más frustrado por esto. La vida que experimentaba en su interior fue muriendo poco a poco y el deseo de Dios comenzó a abandonarlo. Pero un día Dios le abrió los ojos. Vio que muchas de las personas de su iglesia también estaban perdiendo el fuego por Dios o ya lo habían perdido. Aparte de venir a la iglesia domingo tras domingo, no pasaba nada en su vida. Así que él y su esposa decidieron huir de esa iglesia. Porque sintieron que si continuaban allí, terminarían como el resto. Esto no era una opción para ellos.